...I Reflexiörr...

He oído cosas extrañas en mi vida, sentido cosas hermosas también, y ahora realmente tengo algo de miedo, miedo a enamorarme de nuevo, miedo a que a través de una virtualidad intente relacionar sentimiento con sórdidas palabras de cariño y cínica amistad.

"Que idiota eres. No entiendo como puede gustarte una persona que está tan lejos distante de ti, un chico al que recién conoces. No comprendo cómo puedes caer en amor tan fácilmente de esa forma; manteniendo una absurda esperanza con otro amor no correspondido en tu absurda vida".

Oh, que cruel eres demonio mío, frío como una roca y cerrado como un hombre común del siglo XIX. Por qué eres tan cruel y despectivo, si tú mismo me incitaste a encariñarme de tantas personas por ese medio, no te hagas la víctima aquí, pues sabes bien que aún te duele haberlo perdido, a él, nuestro amor, ese niño que nos ilusionó tanto y que nos hizo enmudecer, tan sólo recordar esa vieja añoranza me dan ganas de llorar, pues fue la última persona a la que le entregué todo lo que me quedaba de corazón...

"Realmente, no te diré nada respecto a eso, pues es cierto todo. No quiero verte sufrir, mi pequeño, no deseo limpiar tus amargas lágrimas cuando te lleves una gran desilusión, como cuando viajaste a Valdivia exclusivamente para comprarle bombones a la chica de cabellos dorados, o cuando escribiste los Veinte y cinco poemas en honor a la diosa de pelo cobrizo y rostro pecoso. No quiero, de veras que no quiero verte de nuevo en ese estado, tan sólo te pido que seas paciente, mantente firme y sé tu mismo, no pretendas ser alguien más..."

Gracias mi demonio, sabía que podía contar con tu sabiduría en estos momentos de confusión. Ahora tan sólo queda esperar a que él arrive, más adentro en nuestro corazón...