miércoles, 23 de septiembre de 2009

~...Eterno retorno...~

Una noticia reciente,
algo inesperado acaba de ocurrir,
algo que he esperado por tres largos años,
aquella época en que tristeza y amargura
azotaban mi pobre existencia
y la languidez de los días
se hacia notar en mi conciencia,
perturbada, atrocidad de retorcijos,
como brinca de alegría,
de una eterna espera, de la venganza,
esa venganza prometida,
producto del rechazo de ella,
la arquera de los ojos subrayados,
por fin a pagado el precio de la fortuna,
de torcer el destino bajo sus caprichos,
por fin el karma ha cumplido su cometido.

La dicha y la rebosante alegría,
de un demonio torcido por su eternas ganas,
de poseer al fin esa venganza tan esquiva,
cuando declaró su amor a la arquera,
y ésta no hizo nada más que voltearse,
y luego enamorarse de uno de sus amigos traicioneros,
por fin, sufrirá, la pena, el llanto,
la amargura, todos los crueles males,
todo lo pútrido que yo tuve que soportar,
ha caído por fin sobre ella.

La agonía, todas las lágrimas,
poesía interna, mentalizada,
ansias de cortar venas y arterias de otros,
tanto odio, tanto rencor, tanta sorpresa,
tanto regresa a la vida como un eterno retorno,
quien quiera que sea el ente que maneja esto,
se lo agradezco tanto, de corazón,
de espíritu, por fin, he sido vengado,
mi destrucción como ser sensible,
bueno y normal dentro de una sociedad,
por fin, ha sido cumplida,
es como si un peso de encima se hubiese alejado,
se sumerge en el fondo de ese lago oscuro,
esa laguna tétrica, donde ni siquiera,
donde ni un dios puede respirar,
ahogo y desesperación,
ahora deseo verte, oh arquera cruel,
desprovista de compañía,
solo, triste y abandona al azar,
en un rincón oscuro,
estar ahí, de pie junto a ti,
y poder por fin burlarme de tu desgracia...

"Todo el bien o mal hecho,
se devuelve de misteriosas formas..."

lunes, 14 de septiembre de 2009

Sin mirar atrás...

Ves en restrospectiva, ¿qué es lo que observas de tu vida ya pasada?
Como si hubiese sido ayer, los recuerdos en la carne viva quedan,
cicatrices del acontecer que ha pasado por nuestro cuerpo,
tiempo cambiante, cíclico a veces, tan único en otras oportunidades,
el sentir que dicho tiempo te llama, que lo anterior fue mejor que lo presente,
no sé que decirte, es tan tedioso recordar las palabras, la mente sigilosa va,
la mente sigilosa viene, como si fuera un felino poco domesticado.

El propio pensar cambia con el pasar de los segundos, perspectivas cambiantes,
sensaciones distantes, un mundo nuevo de estímulos se abre con cada minuto,
y creer que algunos dicen: "no vale la pena vivir".
Qué clase de mentalidad es esa, me pregunto absorto mientras intento leer,
libros viejos y que se llenarán de polvo una vez dejados de lado.

Hace un poco atrás, en lo temporal, yo era tan frágil, sigo siéndolo incluso,
pero en dicha época, mi débil temple, poca seguridad, inferioridad egocéntrica,
todo lo dicho y hecho para poseer una vida miserable, pero no fue, en parte, tan así,
los amigos son una gran cosa, ayudan mucho, te sirven también, les sirves, etc.
No dejes que el tiempo y el olvido se los lleve a ellos también, son una de las pocas cosas que valen la pena en esta vida.

En específico, hay un todo absoluto del que nadie tendrá desacuerdo, y será en que el tiempo no pasa por las venas inquebrantables del amor único y verdadero, aquel regalo divino, del Vacío al Todo, te llena, te da dulzura, licor mentolado de éxtasis meláncolico-relajante, entumece tus sentidos, te vicia, te envuelve, te adormece, despierta. Somos seres que conocemos las cosas por contrarios o por lo que no es un objeto, pero esta concepción estelar, cósmica casi de placeres semejantes a los de Venus Ilegítima misma, nos hace hijos de la Madre Naturaleza, miembros de un gran reino de seres vivientes, ninguno es mayor o inferior, somos iguales, quieras o no, hasta un pequeño saltamontes como uno, puede ser más grande que un propio emperador sacro-románico.

martes, 8 de septiembre de 2009

Decir más que un corazón en ti...

Latidos, un palpitar extravagante que sumerge de tu espíritu
en el incesante bramar de palabras sin sentido coherente
sin una racionalidad para poder analizar, más que el crudo observar
del amor que se abre frente a ti, como un rosa tan roja
apasionada y tan grácil, un cliché de los enamorados
una escena tantas veces multiplicada, nulas veces vista
pero en demasía conocida, pues ver y observar son dos cosas
que dista una de la otra, sin siquiera darte cuenta.


Ese sonido sordo, tú sientes que ahi se forma esa vida, el amor,
el torrente de la sangre acumulada y tan acelerada por tu cuerpo,
va y viene cuando se le plazca a ese aparato como independiente fuese,
sagrado es pues, mantiene la vida circulando por tu ser, organismo vivo,
conciente de su propia existencia y pensar, tan sólo concebirlo nos cambia,
nos sentimos abrumados de tanta profundidad en nuestro ser, un abismante lugar,
sentimientos una y otra vez, vienen y van de una parte a otra,
como si conciencia tuviesen, pero que añoras tanto, cuando éstos se esfuman,
con la partida de tu amgo, o el quiebre de tu pareja, quizás seamos seres vivos,
pero esto no nos quita en sentir de que alguna vez,
estamos muertos a pesar de el incesante altir de neustro corazón.


Cambia esa perspectiva de la propia realidad rodeándonos, envolviéndonos,
como brazos infinitos y tan abrasadores, nos ahogamos antes de hacerles frente
como pequeños cobardes, nos sentimos superiores destruyendo otros, pero no,
no osamos en despedirnos con prisa y algo de amargura para correr,
en búsqueda de un refugio donde nadie nos encuentre, ni siquiera el cruel tiempo,
ni el crudo vivir, acontecer de cada día, por letargoso que sea, estamos condenados,
a vivir esto, pues fue el castigo de un dios caprichoso, o de una oligarquía divina
que nos domina como marionetas, con hilos indivisibles e invisibles;
es el castigo por haber nacido con el poder de cuestionar, incluso
hasta el propio existir vuestras extrañas experiencias.

Cada vez...Otra vez...

....Como si esto fuera ya un chiste de mal gusto por parte de una rueda fortuita, con un humor negrísimo; vuelvo una y otra vez a caer en lo mismo, deseo que pasen los días, y que tediosos exámenes sean abrumados por pesadas y brillantes respuestas, salidas de alguien cuyas palabras no son escuchadas, menos tomadas en cuenta siquiera para tomar alguna que otra decisión. Si tan sólo pudiera ser más de lo que soy ahora, tengo amor y cariños en demasía, mi mente a veces se trastorna, el alma aprisionada está en un cuerpo que cada vez más crece y se ralentiza, ¡qué clase de tortura es esta!

Si el pobre escritor lento se siente, y agobiado de creatividad olvida, que le espera para el resto de su vida, sin más contemplación que una mera oración escrita en tan humilde servilleta, como si sus monedas, s trabajo y esfuerzos valieran tan sólo una miserable galleta.
La creatividad una vez más, se esfuma en lo espeso de la bruma, como si nada del bello pasado, ni lo elocuente besado hubieran sido vestigios que recordar en la posteridad del presente. Quisiera él cambiar su pasado, para así no tener que vivir este pesado ambiente, lleno de tanta gente molesta y un ensordecedor bullicio, sin más remedio alguno que tapar sus oídos de este incesante bramar.

Pudiera pasar una tarde entera sin preocupaciones, en un parque de diversiones tan alegre y lleno de risas, bullicio aunque molesto, pero relajante a su medida, mientras besas a tu amada flor que yace a tu lado, semi inerte de tanto sonrojarse, y e lo suaves que intentas crear tus caricias sobre su pecho, y besar de a poco sus gélidos labios, entibiados por una calor corporal, expresión térmica de lo propiamente enamorado.

Sin más que desear, ese chico, el niño de ahí dentro, que posee en su cuerpo la capacidad de escribir tanta cosa rara y además de simpática, puede esta en crisis sin que sepas tal cosa. Una crisis extraña, que sólo da a unos pocos, de mene atareada, ocupada y bombardeada por pensamientos intransigentes e inextricables, que piden salir a lo escrito, relatado o dibujado. Sólo quieren un espacio físico en donde desarrollar y destellar rastros de su perfección mientras navegaban por océanos de constante marea eléctrica y mental, algunas olvidadas en vorágines increíbles, otras, deslizadas hacia un borde costero que da a la puerta, donde el pensamiento se vuelve una realidad.

¿Cuánto será el tiempo que debo esperar, para pode una vez más, sumergirme en el mundo encerrado dentro del interior de mi algo, extraña mente?