Desde la oscuridad de mi corazón, una llama existía dentro de mí, débil, inocua y tan desolada por años de rechazo y amargura, presente en mi mirada, tan llena del vacío pero tu llegaste, sin invitación ni anuncio con una simple sonrisa, sinceras palabras, cálida mirada y sin ningún saber de mí, sin prejuicio ni censura, me diste tu corazón, lo entrgaste sin pedir nada a cambio... Lo desprecié, por el miedo a que me lastimaras después como tantas otros seres lo habían hecho creía que era una broma, por eso jugué contigo por meses la ilusión te tomó sin defensa y yo con ofensa, te seguí y te odié, pero de a poco en mi ser, algo despertó [...]
Sea demonio sea un ángel de fuego, pero la llama, casi extinta resurgió, así como fenix de las cenizas, y un impulso me llevó a amarte verdaderamente, con pasión y tanto desenfreno, por fin, tú a pesar de todo, defectos, rabias o agonía incesante por males crónicos de la sangre tan preciosa, te comenzé a amar, y desde allí, como dicen por ahí... "es historia".
Te amo Natalia Eva Rodríguez Gutierrez, y quien seré yo para decir realmente cuanto te quiero en verdad, un tonto o un sabio, que más da, sólo sé que mi corazón o gran parte de él te lo entregué hace casi 2 años, sin garantías ni devoluciones.
