viernes, 15 de mayo de 2009

...Lyrgrux...

Oh amada Lyrgrux, ciudad imperial, estado absoluto, nación independiente, surge de los rincones más oscuros de las provincias heladas del norte, tu gran ciudadela vigila las almas que forman tu población, tormentas y oscuridad resguardan las ciclópeas murallas que defienden tu integridad. Palacios y casonas enormes son habitadas por esa aristocracia necrosincrática que domina el trono y cuida a la bella demonio emperatriz. Su risa irascible, profunda como las rocas de la tierra, terrible al desafiar con su mirada a los propios dioses, marca su hegemonía sobre todas las tierras nórdicas; magia muerta y demoníaca gana las guerras. Esta es la capital del imperio Lindraet'zic, su fortaleza, su bastión inexpugnable, desde ahí se prepara la dominación, la invasión a todas las naciones libres del sur, y de esa forma crear el imperio universal, todos obedecer a un sólo rey, emperador, dios, demonio y oscuridad.

...Para el osado viajero, este sería un viaje demasiado peligroso ya que en primer lugar, las heladas y estériles tierras de Lindrean, el continente polar, hacen muy difícil un apoyo logístico, no se presencian árboles ni maleza siquiera, sólo cruel ceniza y hielo por todas partes. Los ríos que cruzan la ciudad son cinco: Laer, Agnon, Sinne, Voik y Eindre; todos ellos están canalizados y resguardados por soldados imperiales, devoradores de almas, desde que el río nace al pie de las montañas hasta que desembocan en un oscuro mar de aguas grises. Barcos gigantes de velas púrpuras navegan alrededor del continente, dragones muertos o putrefactos cuidan los grises cielos, cavernas y eternos abismos que yacen en los suelos de bosques que poseen voz propia. La ciudad en sí es un peligro si se llega hasta ella, los ciudadanos son creados a voluntad, no son concebidos de forma natura. Al ser infantes, se les tortura a carne viva, se le extrae gran parte de su piel y a la carne se le coloca metal fundido, el cual comienza a crecer con el individuo, ese metal se denomina "êrimir", ya que así se denomina el nacimiento de las criaturas, al mezclarse el polvo de huesos, las almas encerradas y una chispa de magia vitalicia, que otorga vida de eterna agonía al ser convocado por ella. Estos seres superan en miles de millones a cualquier otra raza, ya que no necesitan otro alimento más que almas y sangre, por tanto no existen las comunes granjas en esta ciudad. Las "granjas de coagulación", donde existen los árboles de zânnerie, un líquido roo el cual es formado cuando la raíz de este árbol extrae la sangre de los cuerpos enterrados debajo de ellos, por tanto, esta ciudad y el imperio que representa necesita siempre un constante número de frescos cuerpos de diversos seres y lanzarlos a los fosos de Almas, donde éstas son encerradas en esferas y consumidas luego por devoradores, quienes serían de cierta forma la "oscura aristocracia".
Tres veces su ejército ha intentado borrar a las naciones libres del sur, dos veces tuvo amplio éxito, dominando casi todo el mundo conocido, nunca antes en la historia se había visto semejante afán por colocar las garras sobre la Ciudadela Azul de Därthillam. Un joven príncipe fue torturado y en un descuido se escapó junto con un sabio amigo alquimista, los únicos que se ha sabido que lograron escapar de los calabozos de Drei-nonnem; los calabozos que están bajo el propio palacio de la emperatriz demonio.
Auge durante más de veinte mil años, y en el vigésimo primer milenio, por fin, cae bajo las manos de un príncipe rencoroso, mitad demonio y casi el más poderoso de este y otros mundos.

"...A pesar de haber conquistado esta ciudad en nombre de la luz azulada, su oscuridad penetra en los corazones más puros, siendo yo uno de ellos..."
Eox I 1:29

"...Si no eres fuerte, si tu carácter es tan débil como el frágil caer de las hojas en otoño, serás consumido por la sombra, el odio desgarrador que yace en las profundidades de la Ciudadela Imperial, dado que ahí yacen los restos de un ser no develado ante los ojos de los dioses; ten cuidado, no entres en sus tenebrosos pasillos, un devorados de almas reside detrás de cada puerta..."
Drai I 1:1

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