...Zenzivily...

¿Quién compra o vende su propia sensibilidad o la de alguien más ?
¿Acaso es malvado tener una mayor sensibilidad de las cosas?
Es un misterio que sólo un dios o demonio podrían responder, pero que podemos al menos intentar buscar su respuesta, pues nosotros somos los seres con sentimientos, no los dioses ni bajas entidades.
En mi parecer, lo más cruel sería sin lugar a dudas la frialdad de corazón, la inexpresión de sentimientos, la indolencia al resto, la terrible indiferencia a tu alrededor, dado que crea una coraza tan resistente y tan opaca que aísla tu bello interior de las luces y sombras del otro, pues es sabido que todo posee su lado iluminado y sus ocultas sombras, pero eso es otro tema.

La sensibilidad en abundancia es destructiva en abundancia, te lleva a un estado de hiperexaltación, continua tristeza, dolor o apreciación por todo que te llevará a dos fases, o te deprimes o te vuelves el ser más feliz, siendo este último el menos probable. Nada es bueno en excesos, a excepción de la salud, dinero y amor que todos deseamos.
Esta capacidad propia del ser humano, cual sea su modo de pensar, puede ser hermosa en correcto equilibrio, pues amplía tus horizonte, te vuelves más sincero con tu entorno y tienes una mente más abierta, de por sí esta virtud está en la naturaleza femenina, por ende, es escasa en hombres, salvo en aquellos que nacen bajo la influencia astral de la Luna [Hombres Lunares], pues el hombre de por sí es de naturaleza solar. Se desarrolla tu lado artístico, poesía, dibujo, pintura, música; te ayuda a reconocer un Rembrandt de un David o un Durero, o distinguir las melodías de una banda musical; aunque esto no significa que tu lado lógico-matemático quede atrás, sólo te hace ser general en habilidades, y aquellos que tenemos áreas mucho más desarrolladas que la otra somos especializados, pero aquellos que tienen ambas partes en alto nivel son dioses en carne y hueso.

"...Las lágrimas no son malvadas, si deseas llorar por tristeza, cebolla o una hermosa película, hazlo sin darle explicaciones a nadie, pues son tus sentires los que están a flor de piel, no los del otro..."